Según la opinión de la mayoría, el Atlético de Madrid ha disfrutado de un mercado de fichajes sólido, reforzando su defensa y recuperando a los talentosos Samuel Lino y Rodrigo Riquelme, que estaban cedidos. Joao Félix también se ha marchado cedido y Yannick Carrasco se ha marchado al Al Shabab. La única frustración clara para Diego Simeone es que no consiguieron el centrocampista más retrasado que querían.
Uno de los objetivos que se tenían en cuenta era el centrocampista del Paris Saint-Germain Marco Verratti. El italiano estuvo muy vinculado con una posible transferencia a Oriente Medio, pero hasta el momento permanece en París.
Según Marca, mientras los Colchoneros hacían números, antes de la salida de Félix, habían analizado las posibles ventas de Saúl Ñíguez, Thomas Lemar y, quizás más sorprendente, Marcos Llorente.
El internacional español fue una pieza clave en la temporada en la que ganaron el título, pero desde entonces se ha visto afectado por problemas físicos y, según se informa, Llorente fue considerado como una posible moneda de cambio para Verratti. Luis Enrique utilizó a Llorente con regularidad mientras fue seleccionador de España y es fanático del ex jugador de la academia del Real Madrid.
Resulta que el Atlético se quedó con Llorente, que probablemente sea una pieza importante para Simeone esta temporada. Llorente, que marcó dos goles en sus tres primeros partidos, está tratando de volver a su mejor forma y, a partir de entonces, recuperar su lugar en la selección española.
La capacidad de Llorente para superar la línea de ataque fue una parte vital del último equipo fuerte del Atlético, pero con Rodrigo de Paul y Koke Resurrección asentados en el mediocampo, hay una fuerte competencia por el tercer puesto. Lemar, Saúl y Llorente están todos en el equipo, mientras que el joven Pablo Barrios ha estado impresionante en ausencia de Koke.
