February 3, 2025

Cuando el partido se acercaba a los 30 minutos en el Metropolitano, el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone, decidió que era hora de sacar a Antoine Griezmann, ya que el nivel de esfuerzo de Julián Álvarez había alcanzado su punto máximo.

El delantero argentino había diseñado con eficacia las estrategias de ataque del Atlético y había evitado con éxito una tarjeta amarilla que lo habría dejado fuera del próximo derbi madrileño. La entrada de Griezmann, incluso con casi 34 años, sigue siendo importante para el equipo.

Aunque puede que tenga menos velocidad que en su mejor momento, la inteligencia futbolística de Griezmann sigue siendo aguda.

 

Esta astucia le permite optimizar sus movimientos en el campo, optando por esforzarse con más criterio. Antes incluso de recibir un pase de Riquelme, reconoció instintivamente que Greif estaba fuera de posición y realizó una sutil carrera por detrás de la defensa.

Sus acciones ayudaron a estabilizar el juego y a consolidar aún más la posición del Atlético en la carrera por el título, especialmente después de la derrota del Real Madrid ante el Espanyol y el inminente derbi.

Aunque sus actuaciones recientes no han sido muy destacadas, la condición de Griezmann como jugador indispensable es incuestionable.

A veces, como se vio el pasado martes en Salzburgo, puede parecer que no está en sintonía con el juego hasta que de repente pasa a ser un elemento clave.

Lo demostró una vez más al aparecer en el segundo palo para rematar un brillante contraataque iniciado por Giuliano Simeone, anotando después su segundo gol del partido.

Con seis goles en la Champions League y 17 en lo que va de temporada, esto es digno de mención teniendo en cuenta que inicialmente se pronosticó que sería una campaña difícil para él.

El partido contra el Mallorca marcó el partido 421 de Griezmann con el Atlético de Madrid, lo que lo colocó a la par de Arteche como uno de los diez jugadores con más partidos en la historia del club.

Su cuenta incluye 299 en La Liga, 29 en copas nacionales, 90 en competiciones europeas y tres en partidos de Supercopa.

Curiosamente, está listo para cumplir su partido 300 en La Liga con el Atlético en el Bernabéu. A lo largo de su etapa en el club, también se ha convertido en el máximo goleador de todos los tiempos, con 195 goles.

La temporada pasada, eclipsó el récord de Luis Aragonés. Griezmann ahora se sitúa por detrás en el ranking de partidos disputados por Calleja (425), Saúl (427), Correa (451), Aguilera (456), Collar (470), Oblak (474), Tomás (483), Adelardo (553) y Koke, que lidera con 669 partidos jugados.

Esta temporada podría marcar potencialmente el último capítulo de Griezmann con el Atlético de Madrid. Con 34 años al final de la temporada, es posible que busque la transición al fútbol en los Estados Unidos, una perspectiva que nunca ha ocultado.

Sin embargo, antes de cualquier salida, tiene más tardes memorables para disfrutar en el Metropolitano y aspira a pasar el testigo a Julián Álvarez.

                                                           El legado de Griezmann es innegable.

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