Diego Simeone ha identificado al internacional francés de 22 años no solo como un objetivo, sino como el perfil ideal para revitalizar su sala de máquinas.

Informes del verano pasado detallaban el “gran esfuerzo” del Atlético para fichar a Thuram. De hecho, estuvieron en contacto constante con el Niza y prepararon una oferta sustancial. Sin embargo, el atractivo de la Juventus y el proyecto de Thiago Motta resultaron decisivos. Los bianconeri actuaron con rapidez y cerraron un acuerdo por aproximadamente 20 millones de euros, más primas, una jugada maestra en un mercado donde el potencial de Thuram superaba con creces esa cifra.

 

Para el Atlético, perder a Thuram fue un revés importante. Obligó a recalibrar sus planes en el mediocampo. Si bien no encontraron un sustituto directo con las mismas características, el verano vio la integración de otros talentos y una renovada confianza en la versatilidad de la plantilla existente.

 

¿Por qué la historia resuena ahora?

 

La razón por la que el nombre de Thuram resurge en el Atlético este invierno es doble:

 

1. Validación del ojeador: El impresionante e inmediato impacto de Thuram en la Juventus, donde se ha convertido en un pilar del mediocampo, ha validado la valoración inicial del Atlético. Ha demostrado ser exactamente el “centrocampista ideal” que creían que era, lo que hace aún más emotivo el recuerdo de la oportunidad perdida.

2. Necesidad persistente: El perfil de mediocampo que representa Thuram —dinámico, físico y progresista— sigue siendo una necesidad para Simeone. Las búsquedas invernales del Atlético probablemente busquen jugadores con un perfil similar, lo que convierte a Thuram en el referente para medir a otros jugadores.

 

Conclusión: Un “¿Y si…?” que impulsa futuros fichajes

 

Por lo tanto, aunque el Atlético de Madrid no está realizando esfuerzos por fichar a Khephren Thuram de la Juventus —una operación que ahora sería prohibitivamente cara y estratégicamente improbable para el club turinés—, su histórica búsqueda es más que una simple nota a pie de página. Fue una clara declaración de intenciones y un modelo del tipo de jugador en torno al cual quieren construir.

 

El “gran esfuerzo” fue real, pero pertenece al pasado reciente. Subraya una filosofía de fichajes que sigue vigente. Mientras el Atlético planea sus movimientos invernales, lo hace a la sombra del que se le escapó, un jugador que ahora brilla en blanco y negro, que sigue ejemplificando el perfil exacto que tanto desea el rojo y blanco de Madrid.

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