Los aficionados del Atlético de Madrid están encantados con su negocio veraniego este año y crece el optimismo de que el equipo de Diego Simeone pueda volver a convertirse en un rival de pesadilla para cualquier rival. El jueves por la noche, los rojiblancos presentaron a sus nuevos fichajes ante 30.000 aficionados en el Metropolitano, que recibieron a sus nuevos héroes en un ambiente estridente.
El primero en entrar fue Robin Le Normand, internacional con la Real Sociedad y España, mientras que Alexander Sorloth le siguió desde el Villarreal, el segundo máximo goleador de la Liga con 23 goles la temporada pasada.
Quizás la mayor sorpresa fue el fichaje de Julián Álvarez por el Atlético, que le costó a los rojiblancos 70 millones de euros más 25 millones en variables del Manchester City. Fue un fichaje que pocos creían posible y es el mayor desembolso del Atlético desde que ficharon a Joao Félix hace cinco años.
Su salida al Chelsea permitió la llegada de Conor Gallagher, por segunda vez en Madrid, pero esta vez pudo ponerse la camiseta y saludar a su nueva afición. El centrocampista inglés fue recibido con un rugido atronador mientras ponía a prueba su español.
Estos acuerdos han llevado el gasto total del Atlético a 183,5 millones de euros este verano, su mayor gasto desde 2019, cuando invirtió 247 millones de euros, pero más de la mitad de esa cantidad se debió exclusivamente a Félix. El Atlético tampoco ha terminado todavía, ya que se espera la llegada de otro defensa central. Actualmente están persiguiendo a David Hancko del Feyenoord.