El grupo ultra del Atlético de Madrid, el Frente Atlético, ha anunciado una protesta pasiva para su partido de Liga de Campeones contra el Lille el miércoles por la noche, después de que el domingo se prohibiera la sección de canto contra el Leganés una prohibición parcial en el estadio. La prohibición se produjo después de que se lanzaran objetos repetidamente al portero del Real Madrid, Thibaut Courtois.
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Anunciaron en Twitter/X que no añadirían su sonido al partido “como consecuencia de los constantes ataques de todo el madridismo nacional, los mismos ataques que son aceptados y comprados por parte del mundo rojiblanco”.
“Por tanto, no buscamos ningún enfrentamiento y esperamos que el equipo se sienta respaldado por el resto del estadio. Nuestra actitud será pasiva”.
El club se ha mostrado dividido al respecto, y algunos sectores del estadio han silbado a los ultras por protestas e incidentes anteriores. Según algunas estimaciones, el número de miembros del grupo de ultras de extrema derecha que está causando problemas es de alrededor de 100, aunque se verán pruebas de la proporción de miembros de la sección de canto que están con ellos contra el Lille. Se les atribuye en gran medida ser responsables de parte del racismo y la violencia que se vieron en el Atlético.
Diego Simeone y el CEO Enrique Cerezo han tomado la postura de que no quieren que personas inocentes paguen por las acciones de otros, y el Atlético ha apelado las sanciones que se les han impuesto y ha visto reducida la sanción de tres partidos a uno. El presidente de La Liga, Javier Tebas, ha declarado públicamente que el club está buscando disolver la organización, algo por lo que el Atlético ha sido criticado por no haber hecho ellos mismos. Cerezo y el propietario Miguel Ángel Gil Marín se han defendido diciendo que legalmente ya no existen como entidad.
