Según The Guardian, el ambicioso plan de celebrar el importante encuentro entre los dos gigantes españoles al otro lado del Atlántico ha quedado en suspenso por ahora. Inicialmente programado para el 22 de diciembre en Miami, el partido habría sido el encuentro “en casa” del Barcelona, con el objetivo de acercar una muestra del fútbol español al público estadounidense. Sin embargo, los obstáculos logísticos y la falta de las aprobaciones necesarias han obligado a La Liga a detener estos planes.
Para que el partido se lleve a cabo, La Liga necesitaba el consentimiento de la FIFA, la UEFA y la Federación Española de Fútbol. Sin embargo, el tiempo se ha agotado para que se concedan dichos permisos antes de diciembre. Fuentes dijeron a The Guardian que, si bien La Liga no abandona sus ambiciones internacionales, ha aceptado que este partido en particular no se celebre en el extranjero. Pero se espera un nuevo intento de organizar un partido en el extranjero en la temporada 2025-26, y el presidente de La Liga, Javier Tebas, está muy entusiasmado con la idea.
La postura de la FIFA sobre los partidos de liga nacionales que se juegan en el extranjero ha sido un obstáculo de larga data. Hace seis años, La Liga y su socio de eventos, Relevent Sports, intentaron organizar un partido de Girona contra Barcelona en Miami, pero la propuesta fue bloqueada. Las consecuencias dieron lugar a una demanda, que se resolvió a principios de este año. Como parte del acuerdo, la FIFA aceptó revisar su política sobre los partidos de liga en territorios extranjeros, lo que despertó la esperanza entre las ligas de celebrar este tipo de eventos en otros países.
A medida que el fútbol sigue creciendo como espectáculo global, las ligas sin duda buscarán nuevas formas de atraer a los aficionados internacionales. Los clubes de fútbol ingleses también han establecido una sólida presencia en América del Norte, aprovechando las giras de pretemporada y la creación de marcas de alto perfil para dominar el mercado. Aunque no hay planes inmediatos para organizar un partido de la máxima categoría inglesa en Estados Unidos, sigue siendo una posibilidad para el futuro.