
Sevilla, España – La leyenda del Sevilla FC y pilar de la defensa, Sergio Ramos, ha emitido un contundente y emotivo comunicado en medio de la crisis actual del club, lamentando la mala gestión que ha sumido en la incertidumbre a una de las instituciones futbolísticas más históricas de España.
Con visible frustración, Ramos no se contuvo en sus críticas a la actual directiva del Sevilla, expresando lo que muchos aficionados, demasiado desconsolados para expresar en voz alta: “Los jugadores, y especialmente la fiel afición del Sevilla, no merecen estos tiempos difíciles. Lo han dado todo por este club: su pasión, su voz, su apoyo incondicional, pero están siendo defraudados por quienes están arriba”.
Ramos, quien regresó al club de su infancia impulsado por la lealtad y el amor, se encuentra ahora en el corazón de una tormenta que amenaza la permanencia del Sevilla en LaLiga. “Si esto continúa, el Sevilla volverá a ser uno de los peores clubes de LaLiga”, advirtió, palabras que sonaron como una señal de alarma para un club que antaño levantó trofeos europeos con orgullo. El veterano de 38 años señaló años de malas decisiones, planificación miope y falta de ambición en la directiva como las causas fundamentales del alarmante declive del Sevilla. “No se trata de los jugadores. No se trata de la afición. Se trata de un liderazgo que ha perdido el rumbo y se niega a cambiar de rumbo”.
Ramos lanzó entonces un mensaje tan contundente como necesario: un llamamiento a la dirección del club para que se mire al espejo y considere dar un paso al costado. “Si a quienes dirigen realmente les importa el futuro del Sevilla, deben considerar vender el club a alguien con la capacidad, los recursos y la visión para restaurar su gloria. La afición se merece algo mejor. Los jugadores se merecen algo mejor. El Sevilla se merece algo mejor”.
Mientras el equipo sigue teniendo dificultades tanto dentro como fuera del campo, las palabras de Ramos podrían marcar un punto de inflexión en el discurso sobre el futuro del club. Queda por ver si la directiva lo escucha, pero el mensaje es claro: el Sevilla debe cambiar o se arriesga a caer en desgracia.