
El veterano defensa Sergio Ramos ha expresado públicamente su frustración por el continuo vacío técnico del Sevilla FC, calificando la situación actual del club de “vergüenza” y acusando a la directiva de una gestión deficiente.
En un arrebato de ira que ha conmocionado tanto a aficionados como a expertos, Ramos, conocido por su personalidad apasionada, supuestamente “se puso furioso” durante una reunión de equipo a puerta cerrada, dando un puñetazo sobre la mesa y exigiendo responsabilidades a la directiva del club. Este estallido emocional se produjo en medio de un creciente malestar interno, con jugadores y cuerpo técnico cada vez más frustrados por la falta de rumbo desde la marcha del entrenador interino Joaquín Caparrós.
“Ha pasado más de un mes. Terminamos la temporada con incertidumbre, y hoy sigue siendo el mismo caos”, declaró Ramos posteriormente a la prensa en una tensa entrevista posterior al entrenamiento. “Esto es el Sevilla. Este no es un club de segunda. Merecemos claridad, ambición y una visión, no una espera interminable y la indecisión de un aficionado”.
La temporada de La Liga terminó oficialmente hace casi tres semanas, y aun así, el Sevilla no ha conseguido un entrenador titular. Fuentes cercanas al club sugieren que desacuerdos internos y negociaciones fallidas han plagado el proceso de selección, con varios candidatos supuestamente abandonando las conversaciones debido a la inestabilidad interna.
La furia de Ramos se considera el punto álgido de una crisis más amplia. Los rumores sugieren que varios jugadores veteranos están considerando marcharse si la directiva no resuelve pronto el asunto del entrenador.
La afición también ha recurrido a las redes sociales y la radio local, haciéndose eco de los sentimientos de Ramos y acusando a la directiva de arrastrar al club a la irrelevancia.
La cúpula del Sevilla aún no ha respondido públicamente a las duras declaraciones del defensa, pero la presión aumenta, y si no se produce un nombramiento pronto, la ira de Ramos podría ser solo el comienzo de un deterioro aún mayor en uno de los clubes más orgullosos de España.