LA PIEZA FALTANTE REVELADA: El mediocampista defensivo que Diego Simeone lleva cinco años buscando

Johnny Cardoso no es el tipo de jugador en torno al cual se construye una estrategia. Pero sin alguien como él, las opciones se reducen rápidamente.

 

Diego Simeone lo ha aprendido a las malas con el paso de los años. El director deportivo, Carlos Bucero, ha renovado por completo este verano y ha abordado varias posiciones problemáticas para el ‘Cholo’.

El año pasado por estas fechas, escribimos sobre el verano de la cesión total del Atlético, que buscaba reconstruir su plantilla por primera vez en varios años. Se ficharon grandes nombres, pero aún quedaban grandes interrogantes.

Este verano es diferente.
Su defensa se ha renovado por completo con las llegadas de Marc Pubill, David Hancko y Matteo Ruggeri. El mediocampo también se ha remodelado con la llegada de Álex Baena, Thiago Almada y Cardoso, mientras que Enzo Millot, del Stuttgart, podría ser el siguiente.

Es muy posible que cuando el Atlético inicie su campaña de La Liga contra el Espanyol el 17 de agosto, lo haga con una defensa y un mediocampo completamente nuevos. Cómo encaja todo esto y qué espera Simeone de ellos, tanto individual como colectivamente, sigue sin resolverse mientras continúa el ajetreado verano del Atlético.

Pero hay algo que destaca entre los rumores de traspasos: Cardoso.

Un ancla en el mediocampo defensivo que aporta calma, estructura y amplitud. Es algo que a Simeone le ha faltado y que se ha visto obligado a sortear durante años. El fichaje del jugador de 23 años no acaparó grandes titulares, pero podría ser el hombre que finalmente haga que todo vuelva a funcionar.
Un pivote que se aleja de la consistencia

Simeone ha sido criticado a menudo por no evolucionar con la suficiente rapidez en el Atlético de Madrid. Es cierto: se mantuvo fiel a los principios que le dieron éxito. Pero más recientemente, como si fuera plenamente consciente de las limitaciones de su equipo y por pura necesidad, se ha transformado en un experto en tácticas.
La temporada pasada, el Atlético hizo su primer cambio, de media, a los 51 minutos. Solo la Real Sociedad y el Barcelona recurrieron a sus banquillos con mayor rapidez. Es más, ningún entrenador de La Liga hizo antes sus cambios del segundo al quinto. Para el minuto 64, Simeone ya había usado tres de sus cinco cambios de media. Estadísticamente hablando, nadie tuvo un empate más rápido.

En gran medida, dio sus frutos. Alexander Sørloth lideró la liga en aportaciones de gol saliendo desde el banquillo (14). En total, los suplentes del Atlético sumaron 41 goles y asistencias en 4.835 minutos, más que cualquier otro equipo de la liga. El Barcelona, segundo en esa lista, solo tuvo 29.

Pero si funcionó o no es irrelevante. El hecho de que Simeone recurriera al Plan B con tanta frecuencia y tan pronto sugería un problema más profundo con el Plan A.

Hubo una época en que el once inicial del Atlético era inamovible. Simeone conocía los puntos fuertes de su plantilla y, sobre todo, de qué no tenía que preocuparse. Con el tiempo, esa certeza se desvaneció.
Dos salidas en particular desequilibraron toda la estructura. Rodri se marchó al Manchester City en 2019 y, un año después, Thomas Partey fichó por el Arsenal, y ninguno de los dos fue reemplazado adecuadamente.

Desde entonces, el Atlético ha pasado por una sucesión de cambios temporales y pivotes improvisados, como Lucas Torreira, Geoffrey Kondogbia, Axel Witsel y Arthur Vermeeren. Algunos tuvieron oportunidades para demostrar su talento, pero al aumentar la presión, fueron descartados o se modificaron las tácticas para ocultar sus debilidades.

Todos los candidatos tenían un defecto fatal: a Kondogbia le faltaba serenidad con el balón. Witsel no podía cubrir distancias. El lanzamiento de Vermeeren ni siquiera llegó a despegar.

Cardoso es diferente.

Jugó junto a Sergi Altimira en el 4-2-3-1 de Manuel Pellegrini, pero no es un centrocampista que dependa del sistema. Cardoso puede jugar solo por delante de la defensa de cuatro o en doble pivote. Es seguro con el balón, agresivo en la recuperación y desbarata constantemente los contraataques rivales antes de que se vuelvan peligrosos. En el internacional estadounidense nacido en Brasil, el Atlético podría tener a uno de los centrocampistas defensivos más infravalorados del fútbol mundial.
Cardoso, el ancla

Es fácil olvidar que Johnny Cardoso solo tiene 23 años. Llegó al Betis con 21 y apenas se notó. Desde entonces, se ha integrado discretamente en el núcleo del mediocampo de Pellegrini, convirtiéndose en la presencia constante que permitió a Isco operar con libertad como el corazón creativo del equipo.

Una de las cualidades más destacadas de Cardoso es su anticipación. Lee el juego tan bien que a menudo impide que los pases lleguen a su destino. Solo cuatro centrocampistas (con un mínimo de 1000 minutos) en las cinco grandes ligas europeas realizaron más intercepciones por 90 minutos que Cardoso la temporada pasada (2,02).
Este es exactamente el tipo de jugador que Simeone ha estado echando en falta. Sin un centrocampista defensivo capaz de romper el juego y cubrir los espacios con fiabilidad, Simeone ha tenido dificultades para construir un ataque con consistencia y propósito.

También es el tipo de jugador que facilita la toma de riesgos para quienes lo rodean. Puede que no sea un pasador de alto riesgo (más sobre esto más adelante), pero es seguro, preciso y rara vez comete el tipo de error que obliga al equipo a entrar en modo de emergencia.

Solo falló cuatro pases hacia atrás en toda la temporada, de 153 intentos.
Es una estadística pequeña y aparentemente insignificante, pero que dice mucho de su capacidad de decisión y disciplina. Cardoso puede soportar la presión y tomar las decisiones correctas para generar presión manteniendo el balón seguro, algo que ayudará al Atlético a no atacar a la primera señal de peligro.

Las acciones defensivas de Cardoso por 90 minutos son de élite, pero aún le queda potencial en ataque y posesión si Simeone cree que vale la pena.

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